¡¡Buenos días a tod@s!!
Hoy vengo a hablaros de un tema curioso en mi: los cuatro elementos de la antigüedad que como sabréis son agua, fuego, aire y tierra.
Cada día estamos más desconectados de nuestro planeta y por eso quiero acercaros el significado que desde la antigüedad se les ha otorgado a estos elementos naturales, en ocasiones significados mágicos o divinos. Y es que nuestro planeta es el mundo en el que vivimos pero en lugar de cuidarlo lo explotamos sin miramientos y esa desconexión del mundo natural nos crea contradicciones y trastornos porque necesitamos formar parte de él y sentirnos en sintonía. Así que ¡recuperemos esa conexión! cuidemos nuestra tierra.
Empezamos por el agua:
El agua siempre se ha vinculado con las emociones y nuestra parte subconsciente pero también con la fertilidad, el dolor, el amor e incluso con la menstruación.
Digamos que agua es casi sinónimo de VIDA.
Solía representarse como una copa o caldero, que a su vez es símbolo de la feminidad, nuevamente entra la fertilidad asociada a la mujer.
Hay diferentes características que se asocian a este elemento desde la antigüedad empezando por griegos y celtas y pasando por todas las culturas orientales... como pueden ser colores o planetas del sistema solar. Su estación del año es el otoño (aunque hay quién dice que originariamente se asociaba al invierno), sus colores el blanco azul y verde y su planeta Mercurio.
Los baños en este elemento eran utilizados como modo de purificación espiritual para hacer limpieza de todo lo negativo e indeseable. Mismamente en el ritual del bautizo cristiano.
A día de hoy hay quién cree que si queremos limpiar de energías negativas una estancia debemos colocar vasos de agua estratégicamente colocado para que absorban sus malas vibraciones. También se sigue practicando el ritual del baño como purificación, para ellos tan solo necesitáis la bañera, hierbas aromáticas, una vela blanca, colonia y una toalla blanca. Tan solo debéis añadir los ingredientes en la bañera y pedir mentalmente depuraros de todo lo negativo y que os ocasiona sufrimiento. Se dice que el baño debe durar al menos 20 minutos y una vez terminado hay que secarse con una toalla blanca arrastrando toda esa negatividad.
A mi modo de ver estos rituales son una manera de honrar a la naturaleza integrándonos en ella y si os sentís bien con esta idea os puede ser de gran ayuda para superar momentos difíciles y haceros sentir mejor con vosotros mismos.
Recordad que esto no va con una creencia o religión concreta sino con nuestra necesidad de reconectarnos con la naturaleza, con la vida. Acercaros al bosque o incluso al parque más cercano, tocar el agua corriente de una fuente o bañaros en el mar, vamos, ¡disfrutad de la vida y de los placeres que nos ofrece!
Aquí lo dejo por el momento, espero que os haya gustado esta breve reseña y sigáis con nosotros, todavía queda mucho camino por recorrer.
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