Siempre me ha sorprendido que ante la pregunta "¿y tú que eres?" respondamos con nuestra profesión. Es como si para lo único que valiésemos es para la ocupación que desarrollamos, ni tan siquiera nuestra vocación sino nuestro trabajo. Esto me recuerda a algo que escuché una vez: "uno es lo que es, no lo que se dedica", hablando en sentido profesional muchos tenemos una vocación, una pasión clara y definida pero por circunstancias o casualidades (o causalidades) nos vemos desempeñando un trabajo que no nos toca. Eso no quiere decir que sea malo sino que es algo para lo que no hemos nacido.
Es básico que nos guste nuestro trabajo por algo tan evidente como que pasamos gran parte de nuestra vida en él. Pero tal y como está el panorama laboral no solo es casi utópico decidir sino que nos sentimos mal por rechazar algo que no queremos. Esto me lleva a dos puntos:
1. Nunca te culpes por hacer lo que sientas de verdad (aunque por necesidad tengamos que hacerlo, delimitemos bien que es una verdadera NECESIDAD)
2. Si no puedes hacer lo que amas, ama lo que haces (pero nunca te olvides de lo que realmente eres)
Siempre y cuando podamos soportar física y psicológicamente nuestro trabajo es una elección buena desempeñar cualquier labor aunque no sea la nuestra ya que todas son válidas. El problema viene cuando a base de repetir y repetir "lo que somos" nos lo grabamos en nuestro subconsciente y eso nos lleva a frustrarnos. NO SOMOS NUESTRA PROFESIÓN y también tengamos en cuenta que la vida de uno no es solo su trabajo...
Por eso me sigue chocando que ante el "¿y tú qué eres?" nunca se nos ocurra hablar de nada más. Me niego en redondo. Tampoco somos máquinas de producir, la vida son muchas cosas mucho más importantes que una vida laboral y mucho más si ésta no nos representa y nos sentimos fuera de lugar.
La crisis económica nos ha llevado a fomentar más esa actitud. Es muy triste porque para existir solo nos basta con estar, ser.
Si, ya se que esto cuando tienes unos hijos que alimentar o no llegas para tú sustento básico es muy fácil de decir pero imposible de hacer. Y solo ahí, cuando es imprescindible, es cuando tenemos que cambiar de actitud ante el trabajo, ¿sabéis porqué? por que si lo hacemos antes y por presiones de nuestro entorno, de la política, los sindicatos... nos vemos abocados a vivir la vida que otros quieren que vivamos sin NECESIDAD de ello y nos recortamos nosotros mismos nuestros derechos.
Pero si de verdad tenéis esa necesidad, acordaros que lo hacéis por algo y aún así no os olvidéis de vuestra salud porque no somos nada sin ella, ni tampoco de disfrutar de alguna de las cosas buenas de la vida que muchas de ellas son gratis y sobretodo acordaros que somos mucho más.
Esperando que cada día haya más trabajos y más personas trabajando felices os dejo por hoy.
¡Un fuerte abrazo amoresss!
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